Sutra 40: Aturdido y distraído

La muerte sorprende al hombre que aturdido y distraído por el mundo, sólo se preocupa de su rebaño y sus hijos. La muerte lo atrapa como una riada que arrasa una aldea dormida (Budha).

Vivimos rodeados de cosas pequeñas, de pequeños logros alimentados por el Ego. Generalmente no vivimos, sólo respiramos. Debemos vivir en alerta y preocupados por lo importante. Debemos conocer qué es lo que quiere nuestro Ser y hacia allá dirigirnos. Si no, cuando llegue la muerte y miremos hacia atrás, veremos la nada: nada hemos hecho en esta vida, y todo aquello que nos enorgulleció, no lo  podemos llevar. No ha servido de nada el vivir.

Acuérdate de la muerte; recuérdala siempre. Nunca te olvides de ella ni un solo momento. ¿Por qué? ¿Por qué está Buda tan interesado en la muerte? Por la sencilla razón de que la muerte es lo único que puede mantenerte consciente. Si te olvidas de ella, inmediatamente te volverás inconsciente. Es debido a la muerte que el hombre es el único que puede iluminarse, ningún otro animal; porque ningún otro animal es consciente de la muerte.

Solo el hombre la percibe.

Deja que esta comprensión penetre en ti cada vez más. Deja que sumerja en tu corazón, que se quede allí como una espina que continuamente te recuerda que la vida es arena movediza, así pues: “No construyas tu casa aquí. Recuerda que la muerte llegará y deshará todo lo que hayas hecho; así pues, ¿Qué sentido tiene que te preocupes tanto, que te involucres tanto, que continúes con tal ansiedad cuando la muerte te lo va a quitar todo?”.

CAMINA PLACIDO ENTRE EL RUIDO Y LA PRISA.



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