"Atento entre los despreocupados, despierto mientras otros duermen, veloz como una carrera hípica, deja a sus competidores atrás". (Budha).
Un iluminado vive la realidad tal como es en su esencia, los demás sueñan. Aunque duerma, está despierto, alerta, atento. La llama es eterna en su interior. A medida que vas transitando el camino, verás que va haciendo en carne en ti este precepto y mirarás la realidad tal cual es y no en lo que parece. Te convertirás en un ser más objetivo, para ti y los que te rodean. Y sacarás ventaja de esta transformación en tu vida diaria.
Esta es la diferencia entre un buda y los demás. Los otros solo están soñando, no viviendo realmente; esperando vivir algún día, preparándose para vivir, pero no viviendo.
Pero ese día nunca llega; antes llega la muerte.
Un buda permanece despierto. Aún cuando duerme no sueña. Cuando los deseos desaparecen, los sueños también desaparecen. Los sueños son deseos trasladados al lenguaje de los sueños. El buda duerme totalmente alerta, la llama continúa ardiendo en su interior.
El cuerpo necesita descanso, por eso duerme, pero él no lo necesita; su energía es inagotable.
Allí, en el centro de su ser, sigue ardiendo una pequeña llama. Toda la periferia está profundamente dormida, pero la llama está alerta, despierta. Nosotros estamos dormidos a pesar de estar despiertos; él está despierto aun cuando duerme.
VIVE CADA SEGUNDO DE MANERA VELOZ Y DÉJALO IR
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